Junto con «Ramona», mi primera cámara, recorríamos como turistas nuestra propia ciudad y cada vez salíamos mas lejos dentro de la república mexicana y posteriormente internacionalmente. Me acerqué a aprender con personas que admiro, profesionales que si viven de la fotografía, que cuando veo su obra solo pienso en llegar a ser tan bueno como ellos. Al inicio solo hacía paisajes y arquitectura en mis viajes, urbanismo y naturaleza, con el tiempo fui agregando un estilo propio y un discurso, me incliné hacia lo abstracto y el surrealismo. Empecé a crear imagen, inventar con la fotografía lo que no existe.